martes, 4 de abril de 2017

Xaló, Circular al Bernia

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Es la Sierra de Bernia un conjunto montañoso del sistema bético que recorre 11 km de este a oeste perpendicular al mar y que tiene como extremo el Peñón de Ifach. La sucesión de crestas se yergue como la aleta dorsal de un pez, y las paredes verticales alcanzan alturas de vértigo, más si se ven desde la parte superior, como pudimos comprobarlo.

Arrancamos desde el aparcamiento del restaurante que hay junto a las Casas de Bernia.


La mañana estaba clara, lo que nos permitió ver la silueta de Ibiza entre la bruma. El primer tramo de la ruta discurre por una pista asfaltada que nos lleva hasta la fuente de Bernia.


Allí nos tomamos unas fotos en los escalones que inician la senda que nos fue acercando al macizo calcáreo.


A medida que avanzábamos el camino se va empinando, pero el aire tibio de la mañana y el espléndido paisaje, con el Montgó al fondo, nos animaban en la subida; tanto así que se formó una pequeña avanzadilla sobre el resto de la comitiva más ansiosos por alcanzar el Forat. Los demás que quedaron rezagados aparecían entre las matas del monte como las cuentas sueltas de un rosario. También vimos un generoso rebaño de cabras o íbices ibéricos, especie autóctona en peligro de extinción, que ya nos hemos encontrado en otras caminatas.



En un paso dificultoso que hubo que emplear las manos para gatear sobre las rocas, nos topamos con un abrigo que en el primer momento nos confundió haciéndonos creer que habíamos llegado a nuestro objetivo.




Fue en el siguiente esfuerzo cuando alcanzamos el umbral de la cavidad que alberga el Forat. Una nervadura calcárea a modo de dintel, sobre el agujero, tiene pintadas las marcas del PR. Fue lo último que vimos antes de adentrarnos a gatas por el angosto pasadizo.



Uno a uno fuimos pasando al otro lado de la montaña por donde aparecíamos como el ratón en el parto de los montes, con la sonrisa en la cara de haber salido bien parados del trance.


Vídeo

El túnel cavado en la roca da a un pórtico producido por la erosión, y que es antesala del balcón desde el que disfrutamos de una panorámica espectacular de la Marina Baixa.


Mientras almorzábamos pudimos contemplar con todo detenimiento las vistas de Altea, Alfás del Pí, la Serra Gelada, "Beniduerme", el Puig Campana y su gemelo el Ponoig.





A poco de reiniciada la marcha nos desviamos a la derecha encaramándonos hasta el abrigo de la Ermita del Vicari, yacimiento de pinturas rupestres del Postpaleolítico y fechadas entre el V y II milenio a.d.C.






Vídeo

Desde el Forat hasta el fuerte la senda llanea por las pedreras más o menos transitables y que soportan algún que otro árbol donde protegerse del sol.





Continuamos nuestro recorrido hasta el citado fuerte de Bernia, construido en 1.562 por orden de Felipe II para defender las costas de los ataques otomanos y que posteriormente el mismo rey lo mando demoler para evitar que fuese utilizado por los moriscos rebeldes. Semienterradas en la montaña aún se aprecian arcadas y otras estructuras que han perdurado hasta hoy.


Hasta aquí todos los obstáculos se habían superado con cierta suficiencia, pero en ese momento tocaba encarar el ascenso al mirador de Bernia, punto de una altura de 1.228 mts. que corona la dorsal. Desde el Fuerte, la vista de la ruta que había que seguir hacia la cumbre desanimó a buena parte del grupo que desistió de subir, y que se encaminó por el collado de Xaló de regreso a las Casas de Bernia.


Los demás tomamos monte arriba, primero por un mar de aliagas y después por las empinadas pedreras que la erosión ha sembrado ladera abajo. A estas altura del día y de la marcha, la paciencia es la mejor aliada, y de ella echamos mano para superar el trecho que nos separaba del macizo que cada vez parecía más imponente.


Cuando dejamos la última pedrera, unas marcas consistentes en puntos y flechas rojas, nos fueron guiando por la trepada que era como subirse por el rabo al lomo del animal. Una cadena sirve de auxilio para franquear el tramo más difícil,y había que mantener el equilibrio porque la trepada no se terminaba nunca y la cresta se prolongaba mas allá de nuestro campo de visión.





En un momento que el punto geodésico quedaba a la vista, una parte del grupo desistió de seguir hasta el final, dando por concluido el ascenso, mientras que dos compañeros culminaron hasta dicha cima por el gozo de las vistas de 360º que se ofrecen desde allí.


Vídeo

Los descensos siempre son el momento donde hay que extremas la precaución. Y este más, si cabe. No obstante la roca era firme y la pisada se podía asegurar para salir del macizo, aunque hay algún momento en que el caminante parece levitar por el filo de la cresta por la perspectiva del valle del Algar al fondo.

Desandamos la pedrera, tan incómoda como la subida aunque menos esforzada, y ya dejando las ruinas del Fuerte a la izquierda llegamos al collado de Xaló como nuestros compañeros anteriormente.


Desde aquí se inicia el retorno a las Casas de Bernia por una senda que llanea la ladera occidental de la Sierra, y que enlaza con la pista que nos conduce hasta nuestro destino final.

Preciosa y majestuosa la ruta de hoy. Con cierta exigencia, pero con una variedad de sensaciones como tienen pocas caminatas. ¡¡¡ Para echarse a volar !!!